Conoce el búnker construido para los millonarios, diseñado para resistir una ojiva de guerra nuclear de 20 kilotones
- ¿QUÉ PASÓ?
Larry Hall, de 64 años y ex contratista del gobierno de Estados Unidos, se convirtió en millonario al transformar un antiguo silo de misiles de la Guerra Fría en un complejo subterráneo de apartamentos de lujo, donde decenas de residentes podrán sobrevivir a una eventual catástrofe durante 5 años.
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- ANTECEDENTES
Para Hall, su objetivo principal era crear un búnker para un número limitado de personas y que contará con comodidades para dar refugio a los multimillonarios en caso de ocurrir desastres naturales o sociales.
El primer complejo que construyó y el que aún sigue expandiendo se denomina “Survivan Condo” (condominio de supervivencia). Está ubicado en el centro de Kansas desde el año 2010, y su interés ha sido tal producto de la pandemia de Coronavirus, que su creador tiene varios proyectos en desarrollo tanto en Estados Unidos, Europa y Asia, detalló el periódico Clarín.
La ciudad subterránea autosustentable, cuenta con la cantidad de comida y agua necesaria para todos sus habitantes, cuya capacidad de albergue alcanza para 75 personas.
“Si los residentes quieren traer su propia comida también pueden hacerlo; hay cámaras frigoríficas, por lo que, por ejemplo, si vamos a estar encerrados durante siete años entonces podemos traer siete pavos para guardarlos para el Día de Acción de Gracias”, señaló Hall.
El búnker de lujo está setenta metros bajo tierra, cuenta con 14 habitaciones verticales y con una superficie total de más de 16 mil metros cuadrados. Sus amplias suites se venden por US $500 mil, y además tiene áticos de varios niveles de 1.000 metros cuadrados por casi US $5 millones. A pesar de su elevado precio, el edificio está totalmente vendido por acaudalados millonarios.
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El refugio está diseñado para resistir una ojiva de guerra nuclear de 20 kilotones (similar al tamaño de la bomba de Nagasaki) detonada en un radio de 8 kilómetros.
Sus muros están construidos con un concreto flexible de casi tres metros de espesor que puede doblarse sin romperse tras recibir una onda de choque termonuclear.
“El objetivo es proteger a los residentes de una amplia gama de amenazas que podrían acabar con el mundo, desde una guerra nuclear hasta una pandemia, el impacto de un meteorito y disturbios civiles”, explicó Hall quien invirtió US$20 millones en su primer búnker.
Fuera de sus lujosas viviendas, quienes habiten ahí tendrán diversas entretenciones ya que cuenta con una piscina de 75 metros, un spa, sauna, sala de cine, gimnasio, muro de escalada, un campo de golf, uno de tiro e incluso un parque para perros.
Además, cuenta con una escuela completamente equipada, un gran supermercado, un centro médico y un laboratorio donde sus residentes podrán cultivar sus propias frutas y verduras. Todos estos complementos y detalles hacen de este búnker apocalíptico todo un atractivo.
El próximo proyecto que hará Hall, aún no está construido, sin embargo la mitad de sus viviendas ya están vendidas por precios mayores a los US $40 millones.
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