La negligencia que dejó al pequeño Alonso dependiendo de máquinas artificiales y con un 96% de discapacidad

   Foto Captura BíoBíoChile

 

  • ¿QUÉ PASÓ?

Cuando nació Alonso Marín, su pronóstico de vida era casi nulo. Había nacido sin respiración, sin signos vitales y por una cesárea de emergencia, según consignó BíoBíoChile en entrevista con Daysy Norambuena, madre del lactante.

Sin embrago, sobrevivió después de dos paros cardiorrespiratorios y a los 15 días fue derivado a la Unidad de Pediatría del Hospital Regional de Arica.

  • Antecedentes del embarazo

El 17 de octubre de 2016 a las 10:48 horas chequearon el primer registro de latidos cardio-fetales. Normal. Pero sus contracciones se agudizaron y rompió bolsa. Estaba lista a las 13:30. Pujó por 10 minutos, no obstante, Alonso no salió.

Según detalló BíoBíoChile, el ginecólogo Miguel Cornejo, en el procedimiento, le pidió a la matrona que acelerara la expulsión. Entonces -recuerda Daisy- ella le presionó el vientre y aplicó la maniobra de Kristeller, obsoleta y peligrosa para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Le rompió el útero -denuncia- y le provocó un dolor súbito, desgarrador, que la llevó al punto del desmayo. Había sufrimiento fetal.

En la actualidad, Alonso, de 6 años, depende de máquinas artificiales y presenta un 96% de discapacidad. Sus padres acusan que la culpa fue de los profesionales que atendieron el parto.

Hoy están en una demanda civil contra el hospital y una querella por el cuasidelito de lesiones, según informó el medio ya mencionado.

  • Daysy y Damián: El sueño de formar una familia

Daisy Norambuena y Damián Marín llegaron el 2012 a vivir a Arica. Allí tuvieron la idea ser padres.

Hasta que el 2013 el deseo se concretó. No obstante, en la cuarta semana, Daisy empezó a sangrar por lo que debió acudir a la clínica. Como no tenía un ginecólogo particular la derivaron hasta el hospital regional. Ahí le confirmaron que había perdido al bebé.

A raíz de los acontecimientos, comenzó a buscar un ginecólogo en la región. Tras la búsqueda llegó al doctor Miguel Cornejo: médico cirujano desde 1986 y especialista en obstetricia y ginecología desde 1995. Atendía en su consulta particular y también usaba las dependencias del Hospital de Arica, según consignó BíoBíoChile.

Luego de varios chequeos descubrió que tenía útero tabicado, es decir, que está dividido en dos cavidades, lo que provoca un riesgo de abortos espontáneos y partos prematuros.
Con el tiempo, quedó embarazada por segunda vez.

Más allá de mantener reposo, no hubo otro complicación. Matías Marín Norambuena nació el 21 de noviembre de 2014 por cesárea.

—Yo confiaba cien por ciento en el doctor. Tenía muy buena fama y por la cantidad de embarazadas que se atendían con él, tenía más experiencia —manifiesta Daisy, al medio ya citado.

En marzo de 2016 se enteraron de que serían padres nuevamente, de manera sorpresiva.

  • El parto

En el tercer embarazo Daisy se mantuvo con licencia nueve meses. Tenía que evitar hacer fuerzas y descansar mucho. La atención y la vigilancia perinatal nuevamente fue confiada al doctor Miguel Cornejo, quien le mostraba en cada ecografía un Alonso saludable.

—Ese era el pronóstico, que iba a nacer sin ninguna complicación —recuerda Daisy.

Según el doctor este nuevo nacimiento sería por cesárea. Pero mientras se aproximaba la fecha de dar a luz, cambió de parecer. Sería parto natural. Según él, los riesgos eran casi los mismos, y bajo esa determinación, llegó el 17 de octubre de 2016.

Daisy ingresó pasadas las 10:00 al Hospital de Arica. Esperaron hasta el mediodía para que se dilatara más. Cornejo pidió que preparen la sala de pabellón ante cualquier emergencia. Según Daisy, desde ese momento no volvieron a monitorear los latidos fetales de Alonso. En la sala también estaba Damián con una GoPro viendo como su esposa pujaba, pero su hijo no salía, según detalló BíoBíoChile.

A los 10 minutos el panorama cambió. Miguel Cornejo le dijo a la matrona que la ayudara. Ella puso su brazo sobre su vientre y la aplastó. Una técnica conocida como la maniobra de Kristeller.

—Ahí yo empecé a gritar del dolor y le decía que me dolía y ellos “puja, puja”.

Perdió fuerza, su presión se desplomó y comenzó a desvanecerse. La trasladaron a pabellón. Alonso nació azul, ausente de actividad espontánea, sin respiración y sin signos vitales debido a la asfixia ocasionada por el desprendimiento de placenta. Daisy sufrió un desgarro de la cicatriz de su primera cesárea y la rotura de su útero por aplicarle la maniobra, denuncia. Según cuenta, su placenta se desprendió en su totalidad y cortó el suministro de oxígeno de Alonso.

  • Las secuelas tras el parto

Tras el nacimiento, Alonso estuvo una semana entera durmiendo. A los siete días abrió sus ojos por primera vez. A los 15 lo enviaron a la Unidad de Pediatría. Le hicieron la primera operación gástrica para ponerle una sonda en el estómago. 36 días después, pudo irse a su casa.

Según informó el medio ya mencionado, las secuelas fueron irreversibles. Parálisis cerebral, epilepsia, enfermedad por reflujo gastroesofágico, trastorno deglutorio severo con gastrectomía que ocasiona neumonías permanentes. Su nivel de audición es mínimo. También tiene hiponatremia, lo que ocasiona una excesiva retención de líquidos en su cuerpo.

Alonso sufre de insuficiencia respiratoria. Para dormir debe hacerlo por ventilación mecánica no invasiva. Encefalopatía hipóxica isquémica, tetraplejia, desnutrición, retraso del desarrollo psicomotor severo, luxación completa de pelvis en cadera izquierda y escoliosis en S, se suman a sus padecimientos.

  • La querella

La familia de Daisy Norambuena y Damián Marín contrataron los servicios del estudio jurídico de José Luis Diez Schwerter. Presentaron una querella contra el doctor Miguel Cornejo y la matrona Mayling Lee Caporata. La fiscalía formalizó a ambos por cuasidelitos de lesiones graves y graves gravísimas, suspendiéndose el procedimiento con el pago de una indemnización a la familia. $15 millones en el caso del médico Miguel Cornejo y $6 millones respecto de la matrona.

La abogada Joselinne Carrasco, del estudio Diez Schwerter, detalló a BíoBíoChile que:

—Lo que realizaron el doctor y la matrona se denomina maniobra de Kristeller. Esta práctica se encuentra absolutamente obsoleta y proscrita por la literatura médica, justamente por la multiplicidad de complicaciones que puede ocasionar.

—El daño que se le ocasionó al menor es de tal magnitud, que el Compin lo declaró con un 96% de discapacidad de carácter física y mental (…) Se interpuso una acción civil contra el Hospital de Arica y el Servicio de Salud Arica, para resarcir el daño que esto ha producido a su familia.

Según cuenta, la demanda no prosperó en primera instancia, por existir -según el criterio del tribunal- convenios de exención de responsabilidad de los prestadores institucionales, firmados entre el médico tratante Miguel Cornejo Espinoza y los demandados. Esto, añade, condujo al juez de la causa a sostener que la paciente fue atendida en el hospital local en forma particular y no como paciente institucional.

Finalmente, todo resultó en un recurso presentado ante la Corte de Apelaciones de Arica. Se espera que en los próximos días se lleven a cabo los alegatos ante el tribunal de alzada, según explicó el medio ya citado.

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